
Ésta es una de las conclusiones del “Estudio epidemiológico sobre soledad no deseada y aislamiento social en mayores de 65 años” realizado por la enfermera de AIFiCC, Ángela González García y que se presenta en la 10ª Jornada de Residentes en Enfermería Familiar y Comunitaria de la AIFiCC que se celebra el próximo miércoles 7 de septiembre.
Resultados
Participaron 309 sujetos de un Área Básica de Salud (ABS) urbana, con una edad media de 76 años. El 64,7 por ciento fueron mujeres, el 55% estaban casados, el 65,8% tenían bajo nivel de estudios y el 68,1 % vivían acompañados.
Un 14,2% viven en una soledad no deseada, y se asocia significativamente con ser mujer, de edad avanzada, viuda, con bajo nivel de estudios, y presentar alteraciones en la marcha.
Un 7,4% de la muestra total sufre aislamiento social que se asocia significativamente con la edad avanzada, ser viudo y presentar alteraciones en la marcha.
Asimismo, el 25% del total de participantes presenta un riesgo moderado-alto de aislamiento social.
“Estos resultados” explica Angela González enfermera de AIFiCC “confirman que el perfil de la población en situación de aislamiento social y soledad se correlaciona con ser mujer, estar viudo y presentar alteraciones de la marcha como elementos fundamentales. En este sentido, el conocimiento de esta epidemiología de la soledad y el aislamiento social debe ser esencial para la planificación de servicios y el diseño de intervenciones que se adapten a nuestro contexto, a fin de disminuir las consecuencias que tienen sobre la morbimortalidad”.
Metodología
Estudio descriptivo transversal. La población de estudio fueron las personas de 65 o más años que pertenecían a un ABS excluyendo aquellas con diagnóstico de demencia o deterioro cognitivo y los institucionalizados.
Cumplían criterios de inclusión 4.405 sujetos, para cuyo cálculo muestral se tuvo que contactar con más de 300 individuos, finalmente se contactó con 409 de los cuales al final contestaron lo 309 de la muestra final. Tanto la captación como la entrevista se realizó a través de llamada telefónica.
Se elaboró un cuaderno de recogida de datos en el que se incluyeron variables sociodemográficas, el grupo de morbilidad ajustada (GMA) y el consumo de psicofármacos (base datos ECAP). Para medir la soledad no deseada se utilizó la escala UCLA3-items y para el aislamiento social la escala Red Social de Lubben.