
Un proyecto¹ de fin de grado de enfermería presentado en la VI Jornada de Innovación e Investigación de CODITA con el apoyo del Consejo General de Enfermería, analiza las consecuencias psicológicas y biológicas provocadas por el impacto de la violencia de género en mujeres mayores de 18 años.
Psicológicamente, las enfermedades más frecuentes son la ansiedad, la depresión, el insomnio, el TEPT (trastorno de estrés postraumático) y las ideaciones suicidas. De hecho, señala Alba Vives, enfermera de CODITA y autora del trabajo “la ansiedad y la depresión están directamente relacionadas con la violencia física o sexual. Siempre van ligadas a la violencia psicológica, no se entiende la violencia física o sexual sin la psicológica. En la violencia emocional o económica sin coincidir con otros tipos de violencia, se observan síntomas como malestar, cambios de humor, llanto sin motivo, irritabilidad, insomnio o fatiga permanente”. Por tanto, la violencia sexual, tiene consecuencias a largo plazo en la vida de las mujeres, donde la mayoría de ellas, comunican altos niveles de malestar psicológico. Sin embargo, no sólo la violencia sexual tiene consecuencias; la violencia emocional y económica, que es menos visible y/o más difícil de detectar por los profesionales sanitarios, también afecta fuertemente a la salud mental, incluso después de que la violencia haya finalizado.
Más allá de la afectación emocional, la violencia de género también incide en el ámbito físico y biológico, el impacto en la salud puede ser inmediato encontrando golpes, heridas, hematomas, entre otros; y a medida que avanza el tiempo, se encuentran problemas como las cefaleas, problemas gastrointestinales (indigestión, diarrea, estreñimiento o síndrome del intestino irritable), dolores crónicos, problemas en la salud sexual y reproductiva y aumento del riesgo de consumo de drogas. También puede suponer embarazos no deseados, abortos de riesgo, contagio de enfermedades de transmisión sexual, maltrato durante el embarazo o la amenaza de un parto prematuro o riesgo de bajo peso al nacer.
Y más allá de la propia víctima, la violencia de género también tiene una importante afectación sobre su entorno, principalmente los hijos e hijas que también son víctimas y que pueden sufrir: debilitamiento gradual de las defensas físicas y psicológicas, disminución del rendimiento intelectual (área laboral y educativa), trastornos de la conducta y de aprendizaje, riesgo de reproducir los modelos de relación violentos y riesgo de lesiones leves o mortales entre los miembros de la familia.
Para Alba Vives, enfermera de CODITA, los resultados de este trabajo basando en la revisión bibliográfica de artículos publicados en los últimos 5 años sobre esta temática, indican que ”es necesario concienciar al colectivo enfermero para detectar posibles casos de violencia de género, de hecho, a menudo las enfermeras somos las primeras que tenemos contacto con la mujer maltratada, aunque no acuda por ese motivo, y por esta razón una correcta formación sobre el tema y una buena actuación pueden ser de vital importancia para cambiar y ayudar a la mujer”, concluye.
Las agresiones sexuales en Cataluña
Este 2021 se han realizado en Cataluña, 804 agresiones sexuales a principios de año y un 8,7% de éstas han sido violaciones grupales, según datos de la consejería de Interior. Además, cabe recordar que las expertas señalan que en más del 80% de los casos los agresores son conocidos de la víctima
¹ Consecuencias psicológicas y biológicas de la violencia de género. Revisión bibliográfica.